Con frecuencia recuerdo una frase que hace años utilizaba Ramón Trecet en su programa radiofónico “Diálogos 3”, en Radio 3, para despedirse de sus oyentes: “Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo”.

Unos patrones y texturas de distintos y vistosos colores en unos sedimentos rocosos de una playa del litoral cantábrico, como por ejemplo la llamativa serie «geometrías naturales» de Isabel Díez, pueden ser un bello motivo para algunos y, sin embargo, para muchas otras personas pueden pasar desapercibidos.

Las flores y los motivos florales, desde la antigüedad, han sido representadas por su belleza. Estas flores estaban al borde de una senda situada en el Concejo de Teverga, Asturias, en una zona rocosa y con una generosa cubierta vegetal. Su fragilidad me llamó la atención. Se conocen comúnmente como “junquillos blancos”, un tipo de Narcisos (Narcissus triandrus), aunque hay que reconocer que su denominación común en inglés es muy emotiva: “angel’s tears”.

Junquillos Blancos. Teverga, Asturias.

Apilado de foco de varias tomas a 55mm, f/2,8 y 1/250.

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