Estamos habituados a ver y consumir espectaculares fotografías de paisaje y naturaleza. En su mayoría son repetidas hasta la saciedad, tienen llamativos motivos de hitos naturales, de conocidas cascadas y sinuosos perfiles de montaña, y siempre presentan unos tonos vibrantes y saturados.
Más allá del debate del uso de software para modificar el resultado de la toma, como las nuevas tecnologías recientes que permiten cambiar un aburrido cielo original y colocar un majestuoso cielo con sólo pulsar un botón del ratón; cuando salimos a fotografiar es complicado encontrar una luz suave, lateral y direccional que nos resalte el volumen de la escena. Igualmente es bien sabido que los vibrantes colores, que los hay, en realidad escasean en la naturaleza.
En un bosque cualquiera hay numerosos motivos naturales que fotografiar, por ejemplo estas pequeñas setas que brotan amontonadas de la corteza de un pino. Pero claro, no tienen nada de espectacular, ni de espectáculo. Es una fotografía muy poco ambiciosa, pero mucho más sincera y honesta.
En un bosque cualquiera… Parres, Asturias.
29mm, 0.8s, f/11, ISO160 apilado de foco de varias tomas.
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