Gran parte de las fotografías que muestro en el porfolio son en blanco y negro. Es un tema recurrente, siempre estoy dispuesto a encontrar encuadres que creo pueden funcionar en blanco y negro.
David Santiago es un reconocido fotógrafo que tiene a sus espaldas una gran trayectoria y es autor de numerosos libros. En “El Fotógrafo ante el Paisaje”, Col. Fotoruta, JdeJ Editores, 2015, Madrid, (pág 43), comenta: “Las imágenes que carecen de color, encuentran sus pilares en la luz y en el contraste, de ahí que sea tan importante controlar muy bien los tonos claros, los medios y las sombras. Si existen demasiados tonos medios en el histograma, el resultado será una fotografía plana, generalmente inapropiada para el blanco y negro.”
En imágenes monocromáticas además de la luz y el contraste, las formas y las texturas adquieren mucho peso dentro del lenguaje fotográfico.
Dos grandes referencias de fotografía de paisaje en blanco y negro las encontramos en el británico Michael Kenna y el indonesio Hengki Koentjoro.
La siguiente fotografía fue realizada en la Playa de Vallina, en Asturias.
Datos: 16mm, 40s, f/16, ISO160. Filtro de densidad neutra y filtro polarizador.
Hay varias cuestiones para pensar esta imagen en blanco y negro. Por un lado hay una comparación entre el cielo, con las nubes blancas a la derecha, en contraposición con la sombra de los acantilados a la izquierda, y se invita a su comparación por la situación relativamente simétrica de ambas zonas, en relación a la línea de horizonte y al encuadre. En decir, ya tenía un fondo.
La espuma blanca de las olas al romper en la orilla crea profundidad al trazar una diagonal que comienza en la esquina derecha inferior del primer plano hasta la mitad del encuadre, y separa zonas para facilitar la interpretación de la escena. La utilización de un filtro de densidad neutra permitió el tiempo de exposición de 40 segundos para aumentar la superficie de la espuma y obtener una textura ambigua y suave.
La textura de los cantos de la playa fueron un poco más problemáticos porque quería atenuar, pero no del todo, sólo en parte, los reflejos de la luz brillante en la superficie de las pequeñas piedras humedecidas por el mar. Realicé dos fotografías distintas añadiendo un filtro polarizador y probando a polarizar en mayor y menor grado. Además, los numerosos tonos claros de muchos de los cantos, destacan sobremanera y rompen la monotonía de los tonos medios y sombras de la mayoría de las pequeñas piedras redondeadas.
En el momento de hacer la foto pensé en un formato más regular en proporciones para equilibrar la composición, en un 4/5 vertical, pero posteriormente trabajándola en el ordenador preferí finalmente el formato cuadrado.
Visita mi porfolio para adquirir impresiones de gran calidad en diversos tamaños y formatos: